Uno de sus logros más sonados sin lugar a dudas es el que se hizo realidad ayer por la tarde en el Complejo Residencial Lantana Garden. Meses atrás, el presidente de Arpial, Manuel Monsalves, daba a conocer su misión: traer a Pilas a Pedro García Aguado, ex jugador olímpico de waterpolo y conductor del conocido programa de televisión "Hermano Mayor".
Uno de sus logros más sonados sin lugar a dudas es el que se hizo realidad ayer por la tarde en el
Complejo Residencial Lantana Garden. Meses atrás, el presidente de Arpial, Manuel Monsalves, daba a
conocer su misión: traer a Pilas a Pedro García Aguado, ex jugador olímpico de waterpolo y conductor
del conocido programa de televisión “Hermano Mayor”.
Ayer sábado, a las cinco de la tarde, más de
mil personas de Pilas y pueblos de alrededor, (colectivos, Policía Local, Protección Civil, Guardia
Civil y, en definitiva, familias al completo) se dieron cita en Lantana con una gran expectación, no
solo por ver a la estrella televisiva sino por escuchar su mensaje sincero, directo, verdadero y
factible.
En el escenario, Juanma Real, gerente de Lantana Garden, el presidente de Arpial, Manuel
Monsalves, el alcalde de Pilas, Jesús María Sánchez, el anterior presidente de honor de la
asociación, Pedro Catalán y el médico y colaborador de Arpial, Julián Blanco. En medio de todos
ellos, Pedro García Aguado.
Tras una breve introducción de lo que sería la jornada y los pertinentes
agradecimientos a colaboradores y organizadores del evento, Manuel Monsalves dio paso a un
documental filmado por Hugo Baena y Julio Blez (Carcosa Producciones) protagonizado por miembros de
Arpial. En él, sus testimonios reales emocionaron a todos los presentes en la escena.
El encargado
de presentar al conferenciante fue el regidor pileño, Jesús María Sánchez, quien alabó la encomiable
tarea de Arpial afirmando que “podéis y debéis sentiros orgullosos de vuestra labor”. Refiriéndose a
García Aguado, destacó que “es un honor y un placer tenerle aquí hoy entre nosotros porque más allá
de la estrella televisiva tiene una trayectoria de vida muy loable”.
Acto seguido, un Pedro García
Aguado entregado se levantó, cogió su silla y se desplazó, en una clara señal de cercanía con el
público. Comenzó su conferencia titulada “Un viaje de aprendizaje” haciendo mención de una premisa
fundamental: “éxito y fracaso son dos grandes impostores”. A lo largo de su disertación, mencionó
facetas de su vida deportiva y personal, hizo un repaso de los momentos de gloria con las victorias
olímpicas y a su vez desveló los entresijos de su relación en el mundo de las drogas. Su discurso si
cabe ahondó más en las conciencias de los asistentes porque estuvo entremezclado con una proyección
creada a base de imágenes, vídeos y canciones que incitaron a recapacitar sobre las decisiones que
se toman de forma inconsciente.
Hizo un gran regalo al público descifrando las claves para evitar
que los jóvenes caigan en la drogadicción, haciendo especial hincapié en aquellos menores de 13 y 14
años (España tiene la media de edad en el inicio de consumo más baja de Europa), que son los más
vulnerables. Algunas de las bazas fundamentales que deben manejar los padres son inculcar a los
hijos el sentido del esfuerzo, la seguridad en sí mismos, fomentar la capacidad de perseverancia y
de trabajar en equipo.
Una de sus sobresalientes frases, que caló en los asistentes y produjo un
emotivo silencio, fue “yo no sabía que podía perder a mi mejor amigo por culpa de las drogas”. Esa
máxima se remontaba al año 2006, cuando falleció su amigo –y también jugador olímpico de waterpolo-
Jesús Rollán tras sufrir una depresión debido a la adicción de las drogas que había padecido durante
años, y que compartía con García Aguado. La falta de información o la incapacidad para reaccionar
ante las drogas es uno de los principales problemas con que se encuentran adictos y familiares, así
como “asociar consumo con diversión”, otra de las grandes mentiras que empujan al abismo de las
drogas a miles de jóvenes con falta de autoestima.
Asimismo, el ex jugador de waterpolo hizo
hincapié en crear “conciencia de riesgo” entre los más jóvenes y desmintió tajantemente mitos
extremadamente extendidos en nuestra sociedad como “saber beber” o “beber con moderación”, que a su
juicio “confundimos con la tolerancia que se crea cuando uno consume grandes cantidades de alcohol”.
También habló de la necesidad de educar a los hijos –desde la infancia- en la idea de que “cada uno
puede sentirse útil, capaz, valorado y parte de un grupo” y terminó su intervención con una
referencia a los logros obtenidos por Arpial -seis personas rehabilitadas de cada diez- que “es una
gran cifra teniendo en cuenta que no se trata de un centro de rehabilitación sino de una asociación
de carácter ambulatorio”.